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Clausura de la jornada conmemorativa de los 20 años de la Agencia Tributaria Madrid

Diciembre 2024

Engracia Hidalgo Tena

Presidenta de la Agencia Tributaria Madrid y Delegada del Área de Economía, Innovación y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid

Buenos días a todos.

Querida Rosana, es un placer hoy tenerte aquí, en esta celebración de los 20 años de la Agencia Tributaria. Muchas gracias a todos los representantes de distintas instituciones del Ayuntamiento y de otras administraciones por estar con nosotros en este acto.

Especialmente, muchas gracias a los empleados de la Agencia que nos acompañáis y que, sin duda, sois los grandes protagonistas del día de hoy.

He estado muy atenta escuchando las distintas intervenciones de personas que conocen en profundidad la administración pública y, especialmente, las Agencias Tributarias municipales. Todas ellas han sido muy interesantes y enriquecedoras. Pero quiero comenzar mi intervención poniendo en valor vuestra función, como lo han hecho también varios de los ponentes en sus intervenciones.

Siempre que se habla de impuestos y de recaudación aparece una visión no siempre positiva. Pero en cuanto se profundiza un poco se aprecia que la única manera de mantener los servicios públicos que damos a los ciudadanos está en la existencia de unos impuestos justos, como elemento imprescindible para que realmente logremos una mejora en la calidad de vida y que ésta sea más fácil. Y no nos referimos a cualquier tipo de servicios públicos, sino a los que diferencian a un país desarrollado de otro que todavía está en vías de desarrollo. Me parece muy importante que los ciudadanos conozcan que, gracias a esos impuestos que recaudamos, podemos tener la sanidad, la educación, el transporte, las calles limpias, los parques y otros muchos servicios. Servicios que se encuentran funcionando y que conforman nuestro día a día, o la política de lo cotidiano, como yo la llamo.

Es también cierto que los impuestos tienen que estar en ese punto de equilibrio que no lastren en ningún caso el crecimiento económico, porque sólo el crecimiento económico genera empleo y el empleo, en una espiral de continua mejora, vuelve a generar bases imponibles más amplias que nos permiten seguir recaudando y mejorar los ingresos sin incrementar la presión fiscal.

Este equilibrio necesario, que debe darse logrando la necesaria obtención de los recursos económicos sin que se resienta el crecimiento económico, se basa en lograr otro eje fundamental, que es la equidad. Es decir, tenemos que conseguir y trabajar desde las Administraciones Públicas, y especialmente desde los servicios responsables de la gestión tributaria, para facilitar al máximo el cumplimiento tributario persiguiendo, al mismo tiempo, el fraude. Esto lo explica muy claramente la Directora de la Agencia Tributaria cuando dice que nuestra función consiste en ponérselo muy fácil a quien quiere contribuir y muy difícil a quien no quiere hacerlo.

Esta es nuestra misión y la razón de la existencia de la Agencia Tributaria del Ayuntamiento de Madrid y, por tanto, esto es lo que hoy celebramos, poniendo en valor 20 años de esfuerzo, 20 años de trabajo, 20 años de días buenos y de días malos. En definitiva, 20 años de servicio público. Y a mí la palabra servicio público me dice muchísimas cosas. Quizá porque soy funcionaria. Quizá porque he dedicado mi vida a trabajar en distintas Administraciones Públicas y siempre he puesto en valor que las cosas más importantes, las grandes transformaciones, se hacen desde las Administraciones Públicas. Y yo creo que es algo que tenemos que poner también en valor. Y hoy lo estamos haciendo, en este día de celebración.

Y yo quiero celebrarlo dando las gracias. Gracias a Rosana y a todos los que estabais en el año 2004 y fuiste capaces de vislumbrar el que iba a ser un buen modelo. Fuisteis capaces de encontrar todos los recursos necesarios para poner en marcha la Agencia y de hacerla mucho más eficiente, estableciendo un único cauce de comunicación con los contribuyentes madrileños. Eso fue gracias a que hubo gente que pensó y actuó.

Y gracias a los que han pasado por la Agencia, que ya no están, que seguro que también han dejado una parte muy importante de su vida aquí, como lo hacen cada día todos los trabajadores actuales, desde el primero hasta el último. Y no me olvido a los representantes del comité de empresa, a los que veo también por aquí, con quienes no siempre hemos estado de acuerdo, pero que cumplen con su papel desde la lealtad y la honestidad.

A mí me gustaría poder nombrar a todas y cada una de las personas que han pasado estos últimos cinco años conmigo, pero eso no es posible. Y me refiero especialmente a estos últimos años porque ha sido una etapa francamente dura, como también ha señalado algún ponente en su intervención.

Cuando llegamos era evidente la necesidad de un nuevo sistema informático. Como ya he pasado por muchos sitios he vivido otras etapas de transformación tecnológica profunda y sé lo duras que son. Pero no había dos alternativas: o seguir como estábamos, perpetuando un modelo obsoleto que se volvía cada vez más ineficiente, o tiramos hacia adelante y cambiamos las cosas, aun sabiendo lo que conllevan las transformaciones tecnológicas. Porque no hay una sola que haya sido fácil. Decidimos tirar. Y ya el hecho de hacerlo fue una decisión importante en sí misma, porque había grandes deficiencias.

Las bases de información eran un auténtico desastre. Creo que no me falla la memoria si digo que nos encontramos ficheros de sujetos pasivos con más de 12.000.000 registros diferentes, porque mi nombre, por ejemplo, aparecía de distinta manera en cada tributo, como les pasaba a decenas de miles de ciudadanos, con lo cual era imposible establecer una única relación entre mi persona con el Ayuntamiento de Madrid. Esto hacía absolutamente necesario depurar esta información, lo que nos ha permitido, tras un gran trabajo, que la base de datos de contribuyentes haya quedado en 5.000.000 de titulares, ahora si perfectamente identificados.

Y no me olvido del periodo del COVID, que todos tenemos en la memoria, que nos obligó a transformar nuestra forma de trabajar y ser pioneros en adoptar medidas que hicieran que los ciudadanos de Madrid tuvieran las menos dificultades posibles para poder seguir pagando sus impuestos sin contar con el apoyo de las oficinas de atención al ciudadano, ni con la presencia de los trabajadores en las oficinas.  Algunos dijeron que eso era imposible, pero nos sentamos y al final lo conseguimos. Y a mí me llena de orgullo deciros que aquello que hizo el Ayuntamiento de Madrid fue un modelo en el que se reflejaron muchísimos ayuntamientos, para ver cómo lo habíamos hecho y para poderlo replicar. 

Y a la transformación tecnológica y al COVID se unió la crisis de la plusvalía, como acaba de destacar en su intervención el Presidente del Tribunal Económico-Administrativo de la ciudad. Una crisis que ha generado un volumen ingente de trabajo y que ha obligado a sus trabajadores y a los de la Agencia Tributaria a realizar un esfuerzo en estos últimos años digno de mención y muy encomiable, y que a mí me gustaría poder transmitir muchas veces, cuando hablan mal de nosotros, los funcionarios.

En definitiva, contar lo que se ha hecho en esta casa en los últimos años con todas las cosas en contra nos debe de llenar de satisfacción. Yo sería profundamente injusta si no reconociese a las personas que han estado en el Ayuntamiento, trabajando conjuntamente con el equipo, para que todo salga lo mejor posible.

Quiero dar las gracias a Beatriz, la Interventora General del Ayuntamiento, que ha recordado también el esfuerzo que se realizó en la migración del sistema de gestión económico-financiera, que me ha hecho recordar los primeros cierres que hicimos con el nuevo sistema, donde la contabilidad no cuadraba y donde nunca escuché otra cosa que no fuera decir “ánimo, lo vamos a sacar”, poniendo a toda su gente a disposición del proyecto y logrando que al final todo cuadrase.

Y gracias también a Federico, el Secretario General del Pleno. Cuando yo me vaya de aquí seguro que voy a echar de menos sus cuadros con las enmiendas que se van a tratar en el Pleno.  Unos cuadros de muchísimos colores que al verlos asustan, pero que al final todos pedimos, porque son una magnífica guía para ordenar los complejísimos debates del pleno. Pero esto es la anécdota. Lo importante de Federico es el soporte jurídico y la tranquilidad que aporta en todas sus intervenciones.

Pero vuelvo a la transformación digital que está llevándose a cabo en la Agencia Tributaria. Cuando yo llegué me informaron que en los anteriores ensayos de transformación tecnológica uno de los principales problemas detectados era la mala relación que había entre la Agencia Tributaria y el organismo Informática del Ayuntamiento de Madrid (IAM). Esto era lo primero que había que solucionar y fue lo primero que hicimos. Antes ha intervenido el Director del IAM y veo también sentado en la sala al Director de la Oficina Digital del Ayuntamiento.   Ahora todos somos un equipo único, en el cual no he encontrado ni una sola falta de apoyo ni de impulso para hacer lo que había que hacer. Sin duda, este sentimiento de equipo ha sido y va a ser una de las claves del éxito.

Tengo también en la cabeza muchas reuniones en la Agencia Tributaria y las caras de los Subdirectores y los Jefes de Servicio cuando veíamos los problemas y, a pesar de ello, nunca dejasteis de empujar. De verdad, gracias de corazón, porque esto no habría sido posible sin haber contado con vuestra ayuda.  Gracias porque estoy convencida que, entre todos, hemos puesto las bases de una gran transformación de las que yo creo que hay que hacer en la administración pública, de las que merecen la pena.

Se ha dicho en las intervenciones anteriores. El futuro será una Agencia mucho más moderna y conectada, como dice su lema. Una Agencia donde es muy fácil pagar mis impuestos, fraccionarlos u obtener una copia del recibo. Y también una Agencia dónde será fácil obtener información para tomar decisiones gracias al laboratorio tributario, que también nos dará muy buenos instrumentos que nos permitan obtener éxitos en la lucha contra el fraude.

Está claro que nos queda un gran futuro por delante, que sin duda será superbonito. Pero también con mucho trabajo, como siempre. Es seguro que seremos capaces de seguir siendo un referente, como hasta ahora viene siendo de la Agencia Tributaria de Madrid.

Yo empecé mi carrera administrativa en la calle Sacramento 5, donde se encuentra la sede de la Agencia Tributaria Madrid. Viendo lo que queda de aquella época, sólo es igual la fachada del edificio. Todo lo demás ha sido transformación y ha cambiado, sin duda a mejor. El futuro que viene en los próximos 20 años será, sin duda, mucho mejor que los 20 pasados, porque siempre hay que pensar en el futuro desde la esperanza, desde el agradecimiento y desde la ilusión.

Muchísimas gracias a todos.

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