Mesa redonda: Imagen externa de la Agencia Tributaria Madrid
Diciembre 2024
Juan Corro Beseler, Gerente del organismo autónomo Informática Ayuntamiento de Madrid.
Marcos Gómez Puente, Presidente del Tribunal Económico-Administrativo Municipal de Madrid.
Beatriz Vigo Martín, Interventora General del Ayuntamiento de Madrid.
Federico A. López de la Riva Carrasco, Secretario general del Pleno del Ayuntamiento de Madrid.
Modera: José Canal Muñoz, Coordinador General de Contratación y Política Financiera del Ayuntamiento de Madrid.
José Canal:
Buenos días. Lo primero, feliz cumpleaños a todos los miembros de la Agencia. Yo no soy miembro formalmente de la Agencia, pero sentimentalmente me siento muy unido a ella porque me toca trabajar muy cerca con vosotros y, por tanto, en cierta manera soy partícipe de ese cumpleaños.
Permitidme quitar de un tirón la tirita. Todos aquí mostramos mucho entusiasmo por la actividad que desarrollamos, pero todos sabemos que recaudar no es popular. En las cenas con amigos, cuando se enteran de a qué nos dedicamos, lo primero que hacen es quejarse de la liquidación trimestral del IVA o de la declaración de la renta, y cuando decimos que esos tributos son del Estado y nosotros somos la Agencia de Madrid van a por el IBI y a por las multas. Es claro que no somos los más populares.
Pese a ello, la actividad que desarrollamos, que desarrolláis, es muy importante. Hasta tal punto es importante que hace 20 años se decidió crear una nueva organización, con la forma de organismo autónomo, y centralizar en él todas las funciones de gestión tributaria y de recaudación ejecutiva de los ingresos no tributarios. Eso era una solución que ha sido exitosa, situando a la Agencia y al Ayuntamiento de Madrid en la vanguardia de las haciendas locales, y en un punto de referencia al que miran otros ayuntamientos.
Esta situación de liderazgo genera una responsabilidad especial, que nos obliga a mejorar constantemente. Estamos inmersos en un proceso de revisión y avance constante, que pasa necesariamente por mantener y atraer talento, con los mejores recursos humanos que podamos conseguir, y proporcionar a los profesionales de la Agencia los mejores recursos para ejercer su tarea.
Esto pasa en el momento actual fundamentalmente por la tecnología. Y esto nos obliga a una constante evaluación interna y externa, por lo que hoy creo que esta mesa viene muy bien para escuchar las opiniones de los responsables de distintas unidades del ayuntamiento que se encuentran en comunicación permanente con la Agencia, pero que no forman parte de la misma. Para ello, contamos con cuatro observadores especialmente cualificados:
En primer lugar, Marcos Gómez Puente. Es licenciado, doctor en Derecho y Catedrático, magistrado de lo Contencioso administrativo y desde 2012, presidente del Tribunal económico administrativo Municipal de Madrid. Tiene la tarea no siempre agradable, de revisar los criterios jurídicos que empleamos en la Agencia, protegiendo los intereses de los contribuyentes. Las resoluciones del Tribunal nos obligan a mejorar, a afinar nuestro trabajo y a revisar nuestros criterios jurídicos para que sean cada vez más sólidos y para cambiarlos cuando no son adecuados.
A continuación, tenemos a Juan Corro. Ingeniero de Telecomunicaciones, tengo el placer de conocerle desde hace tiempo, siempre en los temas tecnológicos. En el ayuntamiento ha desempeñado el puesto de director de tecnología e innovación en la empresa municipal de transportes, y ahora es el responsable del IAM. Cuando entré en la administración lo primero que me dijeron es que cuando algo salga mal o no pueda hacerse, échale la culpa al de informática. Con Juan Corro esto no es posible, porque siempre que ha surgido un problema lo hemos afrontado de forma conjunta, eficaz y leal, cosa muy de agradecer.
A continuación tengo a Beatriz Vigo, la actual interventora del Ayuntamiento de Madrid. Con una amplia experiencia en la intervención municipal, es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales y, como ella siempre me recuerda en los debates jurídicos que surgen, también es graduada en Derecho y Ciencias jurídicas. La misma recomendación a la que me refería antes: si la culpa no se la puedes echar al de informática, échasela a la intervención. Es un clásico que tampoco se cumple en este caso. En todos los años que llevo trabajando con ella siempre que ha surgido un problema nos hemos sentado y me ha ayudado a encontrar una fórmula para resolverlo. Y si alguna vez no hemos podido resolverlo es que, seguramente, no tenía que hacerse.
Y por último, pero no menos importante, nos acompaña en la mesa Federico Andrés López de la Riva Carrasco. Secretario General del Pleno con un amplísimo currículum profesional. Es magistrado de lo Contencioso-Administrativo, ha sido letrado del Tribunal Constitucional, y miembro, como Beatriz, del cuerpo de funcionarios de administración local con habilitación de carácter nacional, la columna vertebral que estructura y mantiene la administración local. De él destacaría no solo su competencia profesional, su valiosísimo criterio jurídico y, sobre todo, su autoridad, que nos ha permitido en más de una ocasión, cuando llegamos a una encrucijada, orientarnos y encontrar el camino correcto. Cuando surge una dificultad es una garantía hablar con él y buscar orientación en su consejo.
Permitidme que diga que para mí es un privilegio, contar con ellos y que me permitan compartir esta mesa.
Y sin más, vamos con las preguntas.
La primera la vamos a centrar en el contexto, o sea, en vuestro día a día y en las relaciones diarias de vuestras instituciones con la Agencia:
¿Qué elementos del momento actual son los más importantes y decisivos, en los que deberíamos poner el foco para abordar procesos de transformación en la Agencia?:
Marcos Gómez:
Buenos días, y gracias por esta invitación.
Es evidente que el día a día de las relaciones entre la Agencia Tributaria y el Tribunal viene condicionado por esa función revisora. Tenemos que estar ahí, llamando, comprobando, revisando la legalidad de las actuaciones de la Agencia. Las que realiza para la aplicación de los tributos, para imponer sanciones tributarias y para recaudar ingresos de derecho público de toda clase, tributarios y no tributarios.
Por eso es natural que la Agencia Tributaria y el Tribunal tengan una interacción permanente, una interlocución continua que se muestra primero en la fase de remisión del expediente con los antecedentes administrativos, que continúa luego por la de instrucción de la propia reclamación, y que concluye con el traslado de la resolución que dicta el Tribunal para la ejecución por la Agencia Tributaria.
Obviamente, es igualmente natural que, en esta interacción continua y permanente, se generen en ocasiones situaciones de tensión, fricciones, sin mermar con ello la amplia colaboración existente. Son situaciones inevitables, más aún cuando el volumen de trabajo y el calendario presionan a ambos organismos, generando un cierto nivel de ruido, que es un ruido natural. La única maquinaria que no hace ruido es la que está parada. Y ni el TEAMM ni la Agencia Tributaria puede decirse que estén parados.
Hay muchas reclamaciones, en efecto. Pero no sé si podemos decir que hay demasiadas. Y digo esto porque el Ayuntamiento de Madrid es un coloso sin comparación con otros Ayuntamientos. Si decimos que en 2023 se formularon casi 7000 reclamaciones pueden parecer muchas. Y evidentemente son una carga de trabajo muy notable para el Tribunal. Pero si tenemos en cuenta que la Agencia Tributaria de Madrid en 2023 dicto algo más de 8.500.000 actos revisables, esa cifra de 7000 reclamaciones representa el 0,08% del total de actuaciones que podrían revisarse. Dicho de otro modo, no se han llevado a la revisión económico-administrativa el 99,92% de las actuaciones de la Agencia. Así que difícilmente puede decirse, aunque al Tribunal nos lo parezcan, que son muchas las reclamaciones. Difícilmente puede decirse que haya demasiadas reclamaciones.
Otra cosa es la valoración política o económica que merezcan las políticas tributarias y que nos guste o no nos guste pagar, como decía el coordinador general al principio, pero esto ya nada tiene que ver con el Tribunal ni con su labor revisora, que debe de limitarse a realizar un control de pura legalidad, teniendo por norte las normas y la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
Desde esa perspectiva de las normas y la jurisprudencia del Tribunal Supremo, hay que tener claro que existe un grado de conflictividad que es irreductible, inevitable y natural, yo diría que hasta consustancial por el mismo conflicto de intereses público y privado que subyace en cualquier relación administrativa, y cuanto más en la relación administrativa tributaria o recaudatoria.
Hay también una conflictividad inevitable que deriva de las normas y de la complejidad que encierran los procesos de una gestión tributaria y de una recaudación tan masiva, basada en unos procesos que, por mucho que se perfeccionen, pueden arrojar errores. Ahí aparece el conflicto en vía de reposición o en la vía económico-administrativa, que debe resolverse para evitar que no acabe residenciándose en los juzgados de lo Contencioso administrativo.
La conflictividad puede venir también por la propia oscuridad del ordenamiento tributario local. Se ha destacado aquí a lo largo de toda la mañana la inseguridad jurídica que genera, en la que tenemos que movernos con interpretaciones muy dispares. Y se han hecho muchas llamadas al legislador nacional para que arregle esa situación pero, como aquí se ha citado antes el tango que dice que 20 años no es nada, hay otra canción que parece cantarle el legislador a los ayuntamientos, que dice que “tú tenías 20 años y yo tengo muchos más”. Mientras tanto, es evidente que la oscuridad del ordenamiento es también una causa constante de conflictividad.
El caso del impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana es paradigmático de esta situación. Ni la vocación clarificadora de la jurisprudencia del Tribunal Supremo es suficiente, porque ahora se obliga al Tribunal Supremo a clarificar no ya la interpretación de las leyes, sino incluso el sentido y el alcance de las sentencias del Tribunal Constitucional que las declara inconstitucionales, lo que genera una enorme incertidumbre. Yo lamento decir esto, siempre con el debido respeto y con ánimo constructivo y académico, pero hace ya algún tiempo que los pronunciamientos del Tribunal Constitucional nos están trayendo más incertidumbres que certezas, apartándose un poco de la misión de esclarecer y dar seguridad jurídica que debería tener este Tribunal.
Y hay, en fin, otro foco de conflictividad. Yo aquí diría de sobre conflictividad, que recarga los servicios de la Agencia Tributaria y los del propio Tribunal y que viene propiciada por la existencia de un nicho de mercado nuevo del que se aprovechan muchos despachos y servicios, especializados en recurrirlo todo a bajo coste y en animar a la impugnación y al recurso, aunque no exista realmente fundamento para la impugnación. El ejemplo es el de la recaudación ejecutiva de las multas de tráfico con reclamaciones frecuentemente mal normalizadas, o sea, con una deficiente y dudosa calidad técnica. Son actos que se reiteran y suceden en el tiempo, e intercalan un recurso detrás de otro, buscando congestionar los servicios administrativos. Y lo hacen en la confianza, que es errada, de que vamos a desistir y de que va finalmente a prescribir el derecho a exigir el pago de las multas.
En fin, la tramitación de todo este ruido es también engorrosa y lenta. Obliga muchas veces a remontarse en el tiempo, a revisar documentación muy antigua y esta clase de reclamaciones son, por lo demás, por regla general infructuosas. Se inadmiten y se desestiman en su mayor parte, pero hay que tramitarlas. Y también he de decir que en algunos casos el Tribunal Económico Administrativo impone las costas a este reclamante temerario, de manera que tendrá que ser ese gestor de recursos contra las multas el que le explique al ciudadano que, además de la multa, va a tener que pagar estas costas.
En fin, este creo que pueden ser, a grandes rasgos, el contexto en el que actúan y se interrelacionan el Tribunal y la Agencia.
Juan Corro:
Muchas gracias por la invitación. Felicidades por el aniversario.
Me gusta más el tango de 20 años no es nada, mucho más que el de yo tengo muchos más. Agradezco mucho la invitación a esta mesa, aunque quizás no deberíais haberme invitado, porque si de algo no puedo opinar es sobre la imagen externa, dado que me paso el día en la ATM.
En todo caso daré una opinión de una imagen interna, casi intestina y por supuesto vespertina de las relaciones entre el IAM y la Agencia Tributaria.
Nuestras relaciones diarias no pueden ser de otra manera que intensas, fructíferas en muchos casos, mejor que procelosas y culpables, esperando que al final la culpa no sea siempre del informático, como decía el Coordinador General en la presentación.
Son relaciones que transitan entre las grandes ambiciones, de alta visión y altura, y las miserias del día a día. Eso podría ser un resumen sintético de nuestra relación. Creo que tenemos amplio margen de mejora. Yo siempre digo que el ayuntamiento de Madrid no es que sea grande, es que es ancho. Estamos todos muy desacoplados. Si estiramos las manos casi nos cogemos, pero en realidad es ancho porque en profundidad las competencias son las mismas que las de cualquier ayuntamiento pequeño.
Esto nos lleva a sistemas más desacoplados, de fuerza difusa, lo que hace más difícil y que nos cueste mucho la toma de requisitos para cualquier cuestión, porque al final el conocimiento está absolutamente fragmentado, distribuido a muchos niveles, y nos cuesta mucho hacer el escaneo completo de una toma de requisitos efectiva. Nos cuesta mucho validar, una vez hechos, los diseños funcionales. Nos cuesta un montón hacer protocolos de pruebas válidos y sólidos. Y finalmente, una vez hechos, aparece el cambio cultural, al existir un grupo de profesionales muy amplio y variado.
Pero decía que tenemos mucho margen de mejora porque también tenemos una cosa muy buena, que es esa visión conjunta de largo plazo. Esa visión de hacia dónde tenemos que ir y cómo la tecnología nos puede impactar y transformar, es muy valiosa. Creo que es muy buena la relación entre la Subdirección General de Tecnología de la Agencia y el organismo autónomo, en esta visión que nosotros tenemos de IAM como plataforma, es decir, como habilitador y nexo de unión entre las diferentes patas del Ayuntamiento.
Me parece también necesario pensar a lo grande. Yo tuve un jefe hace muchos años, cuando estaba en una startup en Cantabria haciendo proyectos para la Agencia Espacial Europea. Estábamos negociando con una súper empresa americana, y cada vez que íbamos en turista a Miami el jefe se lamentaba y decía: “Juan, cuando seamos ricos iremos en primera”. Y yo le decía: “Luis, es que hasta cuando piensas de rico, piensas de pobre. Cuando seamos ricos vamos en jet privado”.
Creo que incluso cuando pensamos en grande, seguimos pensando en pequeño, porque seguimos pensando en cómo replicar y mejorar los procedimientos actuales. Lo decían en la mesa anterior los responsables de las agencias tributarias que han intervenido: hay que pensar en una experiencia completamente nueva de la gestión tributaria y que las oficinas de la Agencia Tributaria tienen que sufrir esa misma reflexión que estamos viendo en la banca y en otros servicios donde la oficina ha cambiado.
Aprovechando la anécdota, es necesaria esta reflexión de una ambición de jet privado, porque si no la tenemos esto se nos va a quedar pequeño hasta en ambiciones, y toda la transformación de la sede electrónica y de las nuevos tecnologías no van a dar el resultado deseado si no somos capaces de deshacernos de ese día a día proceloso y doloroso que sufrimos.
Beatriz Vigo:
En primer lugar, agradecer a la Agencia Tributaria que haya contado conmigo y tu presentación. Muchas gracias.
Yo también tengo una anécdota con respecto al sentimiento hacia la Intervención. Cuando aprobé la oposición me hicieron una pequeña operación. Estaba ahí en la camilla y me pregunta el médico, que había sido gerente de un hospital eh, que a qué me dedicaba. Yo me vine arriba y le dije que era interventora de administración local, lo que le dio pie para decirle al anestesista: “tenemos al enemigo en la camilla”. Y me dormí mientras entre ellos discutían por qué una máquina no se podía imputar al Capítulo 2, cuando era importantísimo. Desde entonces procuro no decir nunca a qué me dedico.
Pero es evidente que esa visión no es acorde con la realidad. Yo suscribo las palabras de las anteriores intervenciones porque yo también me siento parte de la Agencia Tributaria. Y estoy segura de que hablo en nombre de toda la intervención general, porque nosotros en Madrid, por ser una gran ciudad, ejercemos el control interno y la función contable.
Del control interno no voy a hablar porque ya ha hablado bastante Marcos de la regulación, y además lo amigable es la función contable. Nosotros tenemos una visión horizontal en todas las áreas, lo que nos hace sentirnos parte de todo el Ayuntamiento. Comentaban antes los ponentes que la administración local es la más cercana al ciudadano. Trabajar en la administración local te hace sentirte orgullosa muchas veces, porque pasas por delante de una biblioteca y has sido parte de ello, al igual que si estás en la Agencia Tributaria me siento parte de su actividad y sus resultados. Esto hace que nuestra relación con la Agencia sea muy positiva, porque nos sentimos también parte de su trabajo, con la distancia propia que existe entre la intervención y el gestor. Yo siempre digo que es mucho más fácil ser interventor que ser gestor. La gestión es muy difícil. Nosotros comprendemos los problemas, lo que ocurre que no podemos hacerlos nuestros porque entonces se desvirtuaría nuestro papel.
Debido a que la intervención tiene la función contable, nosotros contabilizamos todos los actos que se producen en la Agencia Tributaria. Tenemos la doble figura, por decirlo de alguna manera, la intervención delegada del organismo actúa como con cualquier gestor, pero la intervención general canaliza la contabilidad de todos sus ingresos, de los derechos reconocidos, la recaudación, el cobro, la anulación, etcétera.
Durante todos estos 20 años hemos evolucionado muchísimo, y de la pandemia para acá muchísimo más. Ha sido un cambio radical. Pero yo destacaría que tanto los funcionarios de la Agencia Tributaria como los de la Intervención siempre hemos peleado por la exactitud de los datos. Siempre hemos intentado conseguir la coherencia entre las bases de datos y la conciliación de las diferencias.
El IAM ha sido parte de nosotros también. También lo consideramos como parte nuestra, porque, por ejemplo, en la labor de cierre es fundamental como nos ayudan en el día a día.
Para nosotros, durante todos estos años la exactitud en los datos ha sido fundamental. Ahora estamos muy orgullosos porque tenemos desde hace ya un par de años el sello electrónico de órgano y contabilizamos con sello, lo cual agiliza mucho.
Estamos también avanzando en temas de compensaciones, pero a mí me gustaría insistir en que lo importante son los datos. Un fichero de terceros correcto beneficia a todos. Un fichero de datos del padrón beneficia a todos. En eso estamos nosotros. Como conclusión, nuestra relación con la Agencia Tributaria creo que es muy buena y creo que el sentimiento es mutuo.
Federico A. López de la Riva
Muchas gracias a la Agencia Tributaria, especialmente en la persona de Gema Pérez, por la que siento un especial afecto, y gracias a las palabras tan generosas de José Canal.
He tenido ocasión de servir junto a todos los directores de la Agencia Tributaria y tengo unos recuerdos verdaderamente entrañables.
Recuerdo a una Rosana Navarro que iba a 260 por hora, más o menos. La que organizaron Juan Bravo y ella fue espectacular. No tenían mucho tiempo para para casi nada, excepto para trabajar y poner en marcha esa maquinaria que estaba recién nacida cuando yo llegué.
En el año 2012 llegó Antonio Álvarez Dumont. Estuvo año y medio, no llegó a dos años. Fue una relación entrañable, muy correcta, pero no hubo tiempo de establecer una relación fluida. Luego estuvo José Antonio Díaz de Cerio, entre los años 2015 y 2019. Tampoco tuve apenas relación con él.
Por fin llegó Gema Teresa con la que si tengo una corriente afectiva importantísima, porque hay un flujo de confianza entre nosotros a la hora de plantear nuestros problemas, lo que nos permite correr mucho a la hora de tratar de resolverlos. Está desde el año 2019. No puedo olvidar que le han tocado años muy difíciles. En el año 2021 nos cayó a todos encima una gran crisis para la que no estábamos preparados y pusimos en marcha entre todos algo inimaginable: se puso en marcha la administración electrónica y todo aquello que estaba desde 2007 sin acabar de arrancar.
Yo recuerdo cómo en menos de una semana montamos la asistencia telemática del pleno sin ningún tipo de experiencia, o sea, hablando por teléfono, porque es lo que se podía hacer. Yo daba las ideas jurídicas de los comportamientos básicos para que aquello pareciese un pleno de verdad y no otra cosa, y así se hizo. Pues a la Agencia Tributaria, le ocurrió lo mismo. Se activó todo de una manera increíble. Pero no se acabaron para Gema los momentos difíciles, como lo prueba alguna sentencia sobre plusvalías, que eso si es un sudoku. Y ahora la enorme dificultad de poner en marcha esa tasa por generación de residuos para lo que yo os deseo que acertéis.
La relación del Pleno con la Agencia Tributaria tiene dos periodos. De enero a noviembre es una relación cómoda, porque básicamente los problemas los tiene la Agencia Tributaria cuando se acerca al Pleno, fundamentalmente debido a algunas comparecencias de concejales y de la propia Directora de la Agencia, que viene a menudo a la Comisión correspondiente. Algunos concejales de distintos partidos le dan buenos quebraderos de cabeza.
Pero eso es fácil para nosotros. El problema viene cuando llega el fin de año, porque se alteran todos los parámetros. Lo ha dicho antes la directora y lo recuerdo, mañana se va a aprobar inicialmente un paquete de modificaciones de las ordenanzas para poder ponerlas en marcha y que entren en vigor el día 1 de enero de 2025. Eso significa que si se aprueban, a partir de mañana corren 30 días hábiles para que la exposición al público quede justificada.
Es entonces cuando probablemente después llegue al Pleno los expedientes para algo que es muy novedoso y diferencial respecto del resto de ayuntamientos españoles, es que se abre un trámite de presentación de enmiendas por parte de los grupos municipales de entre cinco y diez días. Y ahí empieza el lío, porque estamos ya llegando a diciembre. Pero es que después de eso hay que celebrar sucesivas comisiones informativas, hay que analizar las miles de enmiendas que se presentan a ordenanzas y presupuestos y, con un poco de suerte, antes de Navidades, lograr que los acuerdos se hayan adoptado por las mayorías requeridas. En ese momento se te olvidan los diez meses de tranquilidad que te da la Agencia Tributaria y te acuerdas exclusivamente de estos dos meses de intenso trabajo.
José Canal:
Muchas gracias a los cuatro. Me quedo con que, efectivamente, tenemos un buen estándar de calidad jurídica en la Agencia Tributaria, que empieza con las ordenanzas y se completa con la supervisión del Tribunal.
También, como ha dicho Beatriz, la mejora de la calidad del dato, es fundamental. La Intervención nos lo ha demandado y en la Agencia también hemos sido muy exigentes en ese punto. Creo que es un avance muy importante y cuya trascendencia hacia fuera no siempre es evidente, pero que mejora mucho la calidad del servicio que prestamos.
Y me quedo también con la necesidad de convertir el cambio cultural que intentamos afrontar en una revolución, como demanda Juan. Es difícil porque como señala, el día a día ahoga las ambiciones. Pero no vamos a olvidar la necesidad del cambio.
A partir de vuestras respuestas paso a la segunda pregunta:
¿En qué proyectos estáis trabajando ahora mismo para atacar estos problemas, o para mejorar las relaciones entre vuestros centros gestores y la Agencia Tributaria?
Beatriz Vigo:
A mí me gustaría resaltar el tema de la gestión de los ingresos a través de SAP-TRM.
Como es un cumpleaños tenemos que destacar las cosas alegres y sacar conclusiones optimistas. Ha comentado Gema que los funcionarios de la Agencia Tributaria partían de una situación de cansancio, por no haber tenido una experiencia buena anterior en los proyectos transformadores iniciados.
Yo me incorporé en el año 2004. Soy casi igual de joven que la Agencia Tributaria. Por eso me gustaría contar en cinco minutos cuál ha sido la evolución de la implantación de SAP-Ecofin.
Cuando yo me incorporé, en octubre del 2004 el Ayuntamiento de Madrid tenía un sistema contable sólo para el Ayuntamiento y la Gerencia de Urbanismo. Cada uno de los organismos tenía su propio sistema contable. En 2005 se implantó para todo el Ayuntamiento SAP-Ecofin, a mitad de año. Fue un año de fuertes cambios. No cuadraba la contabilidad presupuestaria, no cuadraba la financiera... Pero fuimos capaces de cerrar el 2005, aunque para ello tuvimos que venir los sábados y domingos, y muchas noches.
En el año 2006 tuvimos que cambiar el plan contable. Hablabais antes de la desactualización de la gestión tributaria local. En materia contable pasa algo distinto: no somos igual que el Estado, pero los Ayuntamientos tienen el mismo plan contable que el Estado. No ocurre así con las comunidades autónomas, que tienen como marco el plan contable del Estado, pero lo pueden adaptar. Para las entidades locales el plan contable es absolutamente rígido.
Avanzo muy brevemente. En el 2015 ya hicimos en el Ayuntamiento una nueva migración del plan contable. Lo hicimos solos. Implantamos gestión patrimonial y los gestores se volvían locos cuando desapareció el aplicativo de gestión del inventario porque se incorporó a SAP. En recursos humanos yo creo que los funcionarios responsables de la gestión de personal todavía sueñan con pagar la nómina, porque la migración a SAP fue una locura. Finalmente, en el 2010 implantamos el módulo de subvenciones.
Yo creo que 20 años no es nada. Y por eso puedo decir que, desde luego, en Intervención estamos encantados con SAP-Ecofin. Es una herramienta potentísima. Ahora que prima la transparencia en los datos es una herramienta que tiene unas posibilidades enormes, siendo también cierto que es difícil implantarla.
Yo sé perfectamente que los funcionarios de la Agencia Tributaria están dando todo lo que pueden y más en sacar adelante el proyecto de migración a SAP-TRM. Los funcionarios del IAM están también volcados en la medida de lo posible. Los funcionarios de la Intervención general a través de la Oficina de Contabilidad ayudan en todo lo que pueden. En este escenario, ¿se va a implantar definitivamente la gestión de ingresos a través de SAP-TRM?
Estoy segura de que sí, y de que va a funcionar bien. No tengo ninguna duda. ¿Cuándo se completará el proceso? Pues los cumpleaños están para que lo celebremos, y no hace falta que pasen 20 años. El año que viene podemos volver a hablar de esto y la situación ya será distinta.
Yo quería con mis palabras transmitir apoyo y optimismo para compensar un poco el sufrimiento de los funcionarios. Implantar un aplicativo supone cometer muchos errores. Hay que aprender y cambiar. No tengo ninguna duda que también para los funcionarios de la Agencia Tributaria llegará el momento en el que estén encantados con el proyecto en el que están inmersos y que lo van a conseguir. Sin ninguna duda.
Marcos Gómez:
Antes de presentar los proyectos más significativos en desarrollo quiero destacar un proceso que está ya casi completado, pero que por su importancia y por el coste económico que ha tenido es encomiable. Me refiero al proyecto de digitalización integral de los puestos de trabajo, que empezó efectivamente con la pandemia. Es un esfuerzo presupuestario y tecnológico enorme, impulsado desde el área de Hacienda y por el IAM que nosotros en el Tribunal agradecemos enormemente, porque nos ha facilitado mucho el trabajo. Es un hito.
Hay un antes y un después de ese despliegue tecnológico que se ha realizado y que nos coloca muy por encima del estándar de cualquier órgano de control económico-administrativo. Ya no digo municipal, ni regional o estatal, de España. Quiero dejar constancia de ello aquí, porque es una buena muestra de la gestión orientada hacia las personas, de esa de la que se nos habla en los planes estratégicos, porque está pensada tanto para los reclamantes como para los propios empleados.
La multiplicación de los canales de acceso reporta más calidad y más eficacia a la instrucción de los propios expedientes económico-administrativos, porque nos permite consultarlo todo. Nos permite, además, intensificar y diversificar la consulta de datos y documentos. De nuevo ahí la colaboración con el IAM. En el Tribunal Económico Administrativo mantenemos 600 conexiones activas con otros servicios y sistemas de información. No digo que las utilicemos todas en cada expediente, pero están ahí disponibles, y esto es algo que no tienen otros órganos económico-administrativos.
Luego hablaremos, si acaso, de la digitalización de los procedimientos, también con un gran efecto sobre los empleados públicos, porque ha hecho posible el teletrabajo, que también marca un antes y un después, porque mejora la conciliación de la vida laboral y familiar y constituye un incentivo importante. En el Tribunal, con números en la mano, lo hemos podido comprobar. Ha mejorado el rendimiento y la productividad.
Y en ese objetivo de transformación tecnológica encuentra encaje el proyecto que tenemos ahora más importante entre la Agencia y el Tribunal en desarrollo, con el IAM también, que es la implantación de SAP-TRM.
En el TEAMM, como somos órgano revisor, tenemos que estar todavía mirando las cosas de antes, para comprobar lo que se ha hecho. Estamos ahora trabajando en la digitalización de todo lo que está pendiente de revisarse. Todos los expedientes administrativos terminarán siendo íntegramente digitales, pero hasta que llegue ese momento todavía toca revisar expedientes que se tramitaron por el método convencional en papel, o expedientes híbridos en los que se aglutina lo digital con lo soportado en papel.
Pues bien, junto con la Agencia Tributaria, la Subdirección de Régimen Jurídico y el IAM estamos desarrollando un proyecto de digitalización de los expedientes y de integración en un archivo digital común. Es un desarrollo que va a permitir obtener una visión integral, ordenada, cronológica e interoperable. Y esto de la interoperabilidad es importante porque de aquí van a ir a los juzgados de lo Contencioso Administrativo, que están insistiéndonos, no sé si decir apercibiéndonos, de la necesidad de remitir los expedientes en formato digital. Tampoco ellos quieren manejar papel.
Este desarrollo, además, lo queremos aprovechar para el propio tratamiento o gestión documental de las resoluciones del Tribunal, para conocer mejor cuál es el acervo jurídico generado en estos 20 años. Porque también el Tribunal está de aniversario. El Tribunal ha dictado en estos 20 años 270.000 resoluciones, así que es evidente que necesitamos ayuda para saber si hemos analizado antes un caso igual o similar y lo que dijimos en ese momento. Este desarrollo nos va a servir para identificar esos criterios, la doctrina del tribunal y, por lo tanto, para actuar con mayor seguridad jurídica y hacer más confiables y más predecibles nuestras resoluciones.
Y en fin, un último apunte sobre los proyectos en desarrollo, aunque se trata de una medida que desarrollamos de manera permanente porque no tiene principio y final, sino que es continua. Me refiero a la formación continuada del personal del tribunal, en colaboración con Madrid Talento. Es una preocupación constante y estamos siempre implicados en la mejora de la cualificación técnica de nuestros funcionarios.
Federico A. López de la Riva:
Muy brevemente. Tarde, aunque nunca es tarde si al final el asunto se puede enderezar, se está colaborando con el grupo de trabajo dedicado al expediente electrónico. Yo creo que hemos podido aportar, en el sentido de generar mayor precisión en el tema del cumplimiento de los trámites y también a la hora de establecer obligaciones, que deben adaptarse al modelo que tenemos de tramitación de la normativa en el Ayuntamiento de Madrid.
Queremos ser, probablemente ya lo somos, los primeros de la clase en la producción normativa. De hecho, se nos copia, lo cual es un orgullo. Por tanto, no pongamos tal cúmulo de obligaciones a la hora de avanzar en el expediente, porque puede llevarnos a no poder cumplirlas. Y eso cuando llega a los tribunales se nos vuelve en contra, como se ha podido demostrar.
Por ejemplo, en ordenanzas fiscales y en presupuestos, el comportamiento de generación de los textos normativos no es igual que la aprobación de una ordenanza ordinaria, que tiene unos tiempos radicalmente distintos y en donde se puede hacer casi todo. Se pueden hacer consultas públicas y todo lo que incorporó el ordenamiento jurídico el año 2015. Pero hemos de tener cuidado en el tema de las ordenanzas fiscales y presupuestos, porque igual no lo podemos cumplir y probablemente tendrán que excepcionarse del régimen general. Así lo he señalado porque se nos ha dado audiencia en este momento, y se han escrito algunas letras que hemos mandado al grupo de trabajo.
Juan Corro:
Tenemos grandes proyectos en marcha, algunos que están siendo más o menos sencillos, pero tomo la palabra de la intervención de que todos los miembros de la Agencia Tributaria acabaréis encantados y con ello todo el Ayuntamiento. Esto beneficia a todos, no solamente a la Agencia.
Acabaréis encantados en la Agencia Tributaria cuando consigamos ver la luz al final del túnel de un proyecto que yo creo que ya empieza a mostrar sus virtudes de transformación integral de los sistemas de recaudación, recursos humanos y económico financiero del Ayuntamiento. Ahora estamos a punto de sacar el nuevo contrato.
Ahí tenemos una actuación fundamental y capital de transformación que, por poner un poco del contexto de otros ámbitos tecnológicos, supone cambiar el verdadero corazón del Ayuntamiento. Si uno se compara con un banco y ve sus sistemas prioritarios están llenos de tecnología COBOL antiquísima. Nosotros estamos saliendo de esa generación a la siguiente, por lo que, comparado con los bancos, no estamos mal. No quiero parecer triunfalista porque nos va a quedar rato. Así que les pido por favor que tengan paciencia y tengamos fuerza.
¿Qué podemos hacer además de estos proyectos que están en marcha? Dentro del ámbito digital tenemos una estrategia ambiciosa de transformación de la ciudad como capital digital. Una estrategia transformadora horizontal, que tiene algunas piezas que son imprescindibles para esta visión de futuro, como una gestión inteligente de procesos que se enganchen en todos los sistemas, o una estrategia de datos que nos ayude a gobernarlos y a interoperarlos.
Como esfuerzo reciente que estamos haciendo, apoyando al laboratorio tributario de la Agencia, que es un ejemplo de éxito, es el desarrollo de la inteligencia artificial, que nos va a dar grandes alegrías. Pero eso lo dejamos para el siguiente cumpleaños.
José Canal:
Muchas gracias. Efectivamente, en los proyectos que hay en curso las tecnologías están implicadas de manera muy profunda. Hay un proyecto tractor que es la implantación de SAP TRM, que se aproxima cada vez más y ya está implantado en determinados tributos.
Eso repercutirá también en los expedientes que vayan llegando al Tribunal Económico Administrativo y yo creo que el próximo cumpleaños veremos resultados mucho más tangibles.
También quería destacar una regla que he aprendido de Juan y de los informáticos: la regla del 80-20. Es verdad, me lo ha recordado Federico, que no podemos pararnos hasta conseguir la perfección. Hay que avanzar cuando se consigue el umbral del 80% de los objetivos, porque si no, nunca avanzaremos.
Y esto me lleva a la última pregunta:
¿Cómo vemos el futuro de la Agencia y qué papel tendréis cada uno de los que estáis en esta mesa, en vuestras relaciones con la Agencia?
Beatriz Vigo:
Cuando hayamos descansado un poco o estemos más tranquilos con respecto a SAP-TRM, un proyecto que hay que afrontar es la implantación de la contabilidad analítica. Para la Agencia Tributaria será un avance y será también un avance para todos, sobre todo para unificar los criterios.
Ya en su día la Agencia Tributaria, con Rosana, formó parte de un proyecto piloto para el tema del cálculo de los costes. Actualmente hay una normativa para el cálculo de los servicios en la Ley de Haciendas Locales que aplicamos para tasas y precios públicos, una normativa para el coste efectivo que mandamos todos los ayuntamientos, que no es coste, es gasto.
Tenemos que empezar a implantar la contabilidad analítica, pero hay algo más relevante: No solo tenemos que venderle al ciudadano que somos eficaces, eficientes y económicos recaudando, sino que también tenemos que ser capaces de explicarle para qué son los impuestos que paga.
Madrid no es mejor con sus impuestos, Madrid es Madrid por sus impuestos y por sus tributos. Lo que tenemos que ser capaces de transmitir, creo yo, es que los servicios que presta cualquier ayuntamiento no son gratis. El alumbrado no es gratis, asfaltar las aceras no es gratis. ¿Cómo se financian los servicios? Con impuestos, con tasas, y contribuciones especiales en su caso, que pagamos en el ámbito territorial nuestro, y con los que pagamos al Estado, que nos devuelve como participación en los tributos del Estado.
No hay nada gratis. Los servicios cuestan mucho dinero. Por eso al principio decía que en la Intervención tenemos una situación horizontal, porque somos el canal de los ingresos de la Agencia Tributaria a nuestro presupuesto de ingresos, pero también vemos el presupuesto de gastos. La discusión con los amigos cenando, que mencionó Jose, concluye habitualmente defendiendo y peleándote por lo que supone el gasto para el mantenimiento de los servicios públicos. Es evidente que el ciudadano tiene que saber lo que cuesta la basura.
La Ley de Bases marca unos servicios mínimos que nosotros por población tenemos que prestar. Pero no dice cómo los tenemos que prestar. Hay que hacer recogida de residuos, sí, pero no dice la ley si tenemos que recogerla un día o dos a la semana, o todos los días como lo hace Madrid. ¿Cuánto cuesta eso? Mucho dinero.
Montarnos en el autobús en verano con aire acondicionado, y en invierno con calefacción, que pase cada cinco minutos, que llegue, que sean medioambientalmente sostenibles… Yo hablo desde el punto de vista contable, eso cuesta mucho dinero. Yo creo que los ciudadanos tendrían que saber que todo esto que recauda la Agencia Tributaria es para determinadas cosas concretas.
Yo creo que eso es lo que nos falta. Madrid es Madrid gracias a los impuestos y Cuenca es Cuenca gracias a sus impuestos, no hay otra, no hay más. Esa es mi reflexión final.
Federico A. López de la Riva.
Pues yo tengo que hablar del IAM otra vez y bien. Estamos haciendo algo más que un proyecto de gestión. Un proyecto que, dada mi edad, casi lo voy a considerar una parte del legado.
Descubrimos, hará muy pocos meses, una falla en el sistema del Pleno de retransmisión. El Ayuntamiento de Madrid es pionero y está en la vanguardia de la transparencia en el funcionamiento de sus órganos. El Pleno se retransmite en directo por streaming. Y también todas sus comisiones, lo que es casi único, en toda España, porque el régimen legal no establece la publicidad de las comisiones. Esto es una especificidad del Ayuntamiento de Madrid.
Entonces descubrimos una falla. Yo no conocía a Juan ni creo que él a mí, pero empatizamos. Nos dimos cuenta de que había "feeling", que se puso de manifiesto cuando me dijo que estamos trabajando con un sistema informático del pleno y sus comisiones obsoleto. Efectivamente, yo no me daba cuenta, pero el Pleno, tal y como lo conocemos en Cibeles, tiene más de una decena de años. Tenemos el mismo sistema que pusimos hace 14 años. Pues estamos trabajando ya en el desarrollo de lo que puede ser, a ver si para el 26 o 27, antes de que termine la Corporación, que el Pleno y sus comisiones puedan prestar sus servicios de una manera absolutamente distinta, moderna, eficaz, con rapidez. Que todos los concejales puedan ver al minuto sus intervenciones con una transmisión de datos absolutamente diferente. Y por supuesto, esto va a incidir lógicamente también en la Agencia Tributaria como en el resto de los organismos autónomos.
Es decir, que en este caso no es que estemos trabajando algo especialmente pensado para la Agencia, pero que es algo que va a beneficiar a la Agencia y al conjunto de los gestores del Ayuntamiento de Madrid.
Juan Corro:
En el futuro debemos transformar para mejorar, transformar para aumentar la eficacia. Pero transformar y digitalizar también para hacer cosas nuevas. Yo creo que toda esta habilitación digital de los nuevos sistemas de gestión económica financiera, de recaudación, el laboratorio tributario y los sistemas de inteligencia artificial, nos deberían habilitar para hacer alguna cosa nueva.
Yo cuando me acerco al mundo de los tributos pienso que el futuro va por otra vía. Por la integración de la cartera de todos los ingresos y todos los gastos y la adecuación de los modos y medios de pago y satisfacción de las obligaciones de una forma muy sencilla. Porque si a la gente le puede costar pagar impuestos, que encima pagarlos sea una tortura es inasumible.
Y creo que el futuro pasa por hacer una aproximación más personalizada, más fácil y más accesible hacia los ciudadanos. Para eso tenemos las tecnologías.
Hace falta hacer una gran tecnología, una innovación brutal y acabar cambiando el mundo, para que uno tenga todos los servicios en el teléfono que tiene en el bolsillo. Estamos trabajando mucho y con gente muy talentosa para conseguirlo, y esa vocación es la que debemos mantener en los servicios municipales, tanto tributarios como del Pleno, o en cualquier otro.
Marcos Gómez:
Pues a mí lo que más me gustaría de futuro es que pudiéramos resolver todo en el plazo de los seis meses o en el plazo del año que marca la ley, según el caso. Pero no hay varitas mágicas. Tengo que ser realista porque los recursos no son ilimitados y porque la realidad se empecina en ponérnoslo difícil.
Esto que voy a decir ahora pueden parecer excusas, pero es que cada vez que en el Tribunal nos hemos acercado a ese objetivo, algo pasa y nos volvemos a colapsar.
Ese “pasar algo” se llamó tasa de vados, hace ya años. Luego se llamó tasa de basuras, con casi 160.000 reclamaciones que conseguimos evacuar. ¿Y luego que vino? Pues vino la plusvalía. De manera que, si yo ahora miro hacia adelante, pues sinceramente, veo sombras porque no tengo claro que no vaya a pasar algo otra vez.
Y lo digo porque el legislador ha encomendado a los ayuntamientos cobrar la tasa por el servicio de recogida de basuras siguiendo unos principios y unas reglas que se concilian mal unos con otros, y que son de una articulación normativa en ordenanzas muy complicada. Y ya no digamos la práctica. Me temo que, se regule como se regule, va a ser fuente de litigiosidad y por tanto, una fuente de reclamaciones.
Por eso veo sombras, así que perdónenme por esta falta de optimismo en un momento de celebración, pero como me preguntan por el futuro, pues me veo obligado a decirlo.
Y dicho esto, en el Tribunal tenemos pendiente la revisión del Reglamento de organización y funcionamiento interno del Tribunal, para adaptarla a la evolución normativa que ha sufrido la legislación estatal, y también a la jurisprudencia que va interpretando esas normas. No es urgente. Por eso nos ha parecido prioritario centrar nuestra atención y nuestros esfuerzos en el proceso resolutorio, en sacar reclamaciones por la carga de trabajo que tenemos, porque esa falta de actualización del reglamento realmente no dificulta el funcionamiento interno ni está generando problemas ni conflictividad.
Estamos expectantes con el tema de SAP-TRM y ver de qué manera se pueden hacer esos desarrollos en el ámbito económico-administrativo. Yo creo que es un objetivo no exento de dificultades, porque las aplicaciones de gestión y de recaudación están concebidas para agilizar y hacer eficiente la explotación, normalmente masiva, casi colectiva y no conflictiva. Ya he dicho que se impugna muy poco de los tributos, pero la revisión económico-administrativa tiene siempre un contexto litigioso que exige identificar y en su caso, resolver un error o explicar o justificar una discrepancia, y que requiere, por tanto, una aproximación menos genérica, menos colectiva, más individualizada. Ahí volveremos a pedir al IAM que nos ilumine, como lo viene haciendo estos años, con la automatización y robotización de procesos.
¿Qué me gustaría ver de cara al futuro? Pues también me gustaría ver una actualización y reordenación legislativa de los tributos locales que reduzcan la litigiosidad. El proyecto de reforma de la Ley de Capitalidad puede permitir algunos ajustes que pueden favorecer la seguridad jurídica, y una gestión más integrada y unitaria de los tributos de gestión compartida. No solo el IBI, también el Impuesto de Vehículos de Tracción mecánica, y en el IAE.
Nos gustaría que el sistema de notificación electrónica fuera más ágil, que se generalizara y que generara confianza en el ciudadano. Que la dirección electrónica habilitada única fuera la plataforma en la que están conectadas todas las instituciones. Hoy no es así. Es difícil que un ciudadano se apunte a la notificación telemática, me refiero a los no obligados a la relación telemática, si se le dice que el aviso de puesta a disposición, como dice la ley literalmente, no es condición para la validez de la notificación. Es decir, se le dice que si no te manda el aviso de notificación telemática que tú no has recogido también es válido. A esto desde luego hay que hacerle una repensada, porque los ciudadanos dirán, pues entonces prefiero el papel que al menos me dejan el buzón el aviso. Si queremos realmente generar esa confianza, yo creo que hay que redefinir estos temas de la notificación telemática, igual que el tema de la accesibilidad en el uso de las aplicaciones informáticas que se ponen a disposición de los ciudadanos. Si le decimos que se autoliquide el impuesto y luego le decimos que lo ha hecho mal y que le vamos a sancionar, no parece un buen camino para involucrarlo en la gestión de los tributos.
Bueno, inmediatez y ejecución de las resoluciones del Tribunal y mejorar aún más. Como estamos haciendo una carta a los Reyes Magos, pues quisiéramos mejorar aún más la tasa de confirmación judicial de nuestras resoluciones. Pero muchos de estos objetivos que he apuntado no dependen únicamente del Tribunal, ni tan siquiera de la Agencia Tributaria Madrid.
Y en fin, en el plano tecnológico, en el TEAMM sí que nos gustaría explorar también en qué forma la inteligencia artificial puede apoyar la instrucción y resolución de los expedientes, como creemos que puede hacerlo ya particularmente para identificar las líneas argumentales y criterios doctrinales que resultan de nuestras propias resoluciones y para tramitar algunas de esas reclamaciones a las que ante me referí, seriadas, de contenido repetitivo, muy infundadas, que a lo mejor sí permiten una parametrización. Sin que esto suponga, por supuesto, prescindir del elemento personal.
Pero insisto, lo que más nos importa es poder dictar resoluciones en plazo y en eso estamos como objetivo de futuro inmediato.
José Canal:
Por recapitular un poco, me quedo con que los árboles no nos deben impedir ver el bosque. Que la misión de la Agencia Tributaria es muy importante porque de ello depende obtener la financiación necesaria para que los servicios públicos puedan prestarse.
La tecnología indudablemente es un recurso que nos permite mejorar la eficacia, la eficiencia y la calidad del servicio que prestamos a los ciudadanos, pero no es el objetivo en sí mismo. Es un medio y por tanto, por muchas herramientas que nos está proporcionando, tenemos que hacer una reflexión profunda y ambiciosa de cómo queremos y de qué podemos hacer a partir de esa base. Porque esa base es mucho más sólida y nos permitirá hacer muchas más cosas de las que ahora habíamos soñado.
Muchas gracias. Antes de despedirnos y siguiendo las recomendaciones de la interventora, os invito a un último turno de intervenciones.
Beatriz Vigo:
Yo quería sobre todo destacar el lado del gasto. La parte del ingreso está muy bien, pero si solamente escuchamos que queremos mejorar las técnicas de recaudación, el ciudadano piensa, ¿por qué? Si no hay financiación no hay gasto. Eso es lo que tenemos que trasladar. Se recauda para financiar.
José Canal:
Acabamos ya. Simplemente agradecer a las cuatro personas que me acompañan la participación en esta mesa y haber permitido acompañaros en esta jornada. Muchísimas gracias a la Agencia Tributaria y de nuevo feliz cumpleaños.